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¿QUIERES UNA PIEL RENOVADA?: EXFOLIACIÓN

La semana pasada te contamos sobre algunos aspectos importantes del funcionamiento de la piel y consejos sobre la mejor forma de mantenerla limpia y saludable, y esperamos que te haya ayudado a despejar dudas.

Esta vez queremos conversar contigo sobre algo que probablemente te preocupa si tienes más de 25 años: Revitalización de piel. “Comenzar a cuidarse” es un pensamiento típico en la adultez temprana debido a los cambios de ritmo de vida (estudio, trabajo, maternidad, etc), que a veces sumado a falta de conocimiento y algunos hábitos poco saludables, contribuyen a esta sensación de “mi piel ya no es como antes”.

Una piel que se deshidrata más, opaca, con falta de elasticidad y tendencia a agrietarse (líneas de expresión) son síntomas clásicos de deterioro que NO SIEMPRE tiene que ver con envejecimiento acelerado, pero es importante saber que una vez que el daño se instaló no se puede revertir, solo mejorarlo; también es importante que sepas que no hay una edad definida sobre cuando esto comienza a ocurrir, por eso se debería comenzar a usar protección solar desde la infancia y ahora te explicaremos porqué.

Lo que no debes olvidar es que esto NO ES EXCLUSIVO de las pieles maduras, esto tiene que ver con salud y eso significa que no hay edad para comenzar a cuidarse.

 

Limpieza, exfoliación y Protección Solar: la triada virtuosa para la revitalizar la piel.

Les habíamos contado previamente que a lo largo del día nuestra piel se llena de impurezas y que es tremendamente importante limpiarla todas las noches para retirar todas las sustancias y agentes que puedan irritar y también OXIDAR nuestra piel ( fomentan la acumulación de radicales libres y afectan la respiración celular, teniendo repercusiones no menores en la calidad de la piel a largo plazo, sobre todo en la producción de colágeno). Por todo esto la limpieza es fundamental en la mantención del aspecto radiante y sensación elástica, siempre teniendo en mente que la elección de los limpiadores influye en que esta acción se haga bien y sin abusar (para más información revisa nuestro artículo anterior).

La piel por sí sola tiene mecanismos que ayudan a mantenerla “limpia” (nuestro cuerpo los desarrolló hace millones de años cuando perdimos nuestro pelaje y la naturaleza no conocía la contaminación ni la radiación solar… así que ahora debemos ayudarla un poco), y uno de los más destacados es la EXFOLIACIÓN. 

¿Qué es? La eliminación programada de las células muertas, así de sencillo, porque aproximadamente cada dos meses pasamos por el proceso de descamarnos (una que es adulta de más de 20 años, porque mientras más corta es la edad… esto ocurre de forma más frecuente). Gracias a ella las células que murieron rígidas e inoperativas se caen dejando otras más suaves y esponjosas, esto da como resultado una piel más elástica y radiante. 

Además, un dato rosa importante,  la Exfoliación es responsable de ⅓ de la humectación de la piel debido a que el proceso deja como resultado sustancias químicas que mantienen la piel húmeda (y si a eso le sumamos un manto graso saludable y un buen consumo de agua, piel perfecta). Ahora viene la parte triste: LA REALIDAD, porque vivimos en el 2022 y el ambiente no contribuye a que esté proceso se lleve de forma óptima.

Aquí apuntaré mi dedo al culpable principal: RADIACIÓN SOLAR. La radiación UVB-UVA, infrarroja (y todo el resto de su familia) han mostrado ser efectivas destruyendo la maquinaria química encargada de la Exfoliación (las famosas proteasas que, como si fueran tijeras, recortan las células muertas para que éstas se caigan). Esto significa que nos exfoliamos menos y acumulamos capas de esta “cáscara” de queratina deshidratada que da ese aspecto opaco y rígido a la piel; como resultado tenemos una piel que se deshidrata fácil y “se quiebra” al gesticular (hola, así comienzan las líneas de expresión profundas).

 

Exfoliantes: ayudemos a nuestra piel para que se renueve de forma saludable

Probablemente lo primero que se te viene a la mente es el épico producto de Damasco de los 90’s al escuchar la palabra exfoliante (hahahahahah… no lo hagan), pero la lógica no es incorrecta: ayuda a remover lo que ya no sirve. Existen 3 tipos de exfoliantes para uso en casa: Físicos, Químicos y Enzimáticos.

Todos cumplen el mismo objetivo, lo único que cambia es el mecanismo.

Exf. Físicos

Algunos actúan por raspado (scrubs), por lo que no lo recomiendo mucho para el rostro considerando la estadística de pieles sensibles de este país (un porcentaje mínimo está diagnosticado y la población en control médico es aún menor). Si quieres usarlo en el resto del cuerpo prefiere aquellos que cuyas partículas sean NATURALES (cáscara de nuez, etc), OJO debe ser un cosmético, porque aquellas que son de tipo sintético (polietileno) han tenido efectos nefastos en el mundo marino. Otros actúan “pegándose” suavemente a la piel y arrastrando todo aquello que está listo para desprenderse (Peeling gel).

Exf. Químicos

Aquí nos vamos a detener un momento porque es el sistema que se parece más al que tenemos naturalmente en nuestra piel, por lo que es mucho más beneficioso si escogemos el activo correcto para nuestras necesidades.

Para que entendamos esto lo más fácil posible clasificaré a estos amigos en dos grandes categorías: antigua y nueva escuela. Los primeros son los más famosos (AHAs y BHA) y su origen es natural, los otros son una modificación de éstos (PHAs y LHA).

Los ácidos de la antigua escuela se usan hace años y se han estudiado ampliamente sus efectos benéficos para la piel, hay de dos tipos y cada uno tiene distintas funciones. 

Los AHAs (alfa hidroxiácidos) llamados también “ácidos estéticos” mejoran la luminosidad, turgencia, textura, aspecto de hiperpigmentaciones y líneas de expresión tempranas. Son 6 que se obtienen de productos naturales y se clasifican acorde al tamaño de su partícula (de la más pequeña a la más grande, ya que trabajan de forma más profunda y rápida):

Ácido Glicólico (Caña de azúcar)

Ácido Cítrico (cáscaras de frutos cítricos)

Ácido Láctico (Fermentación láctea)

Ácido Tartárico (Piel de Uva)

Ácido Málico (Cáscara de Manzana)

Ácido Mandélico (Cáscara de almendra dulce)

El efecto que quieras obtener con ellos (y con cualquier ácido exfoliante) va a depender de la CONCENTRACIÓN que el laboratorio usó y también de la DILUCIÓN que tenga dentro del producto (cantidad de ingredientes). La mayoría de nuestros productos tienen en el empaque la concentración y además la posición que el activo ocupe dentro del listado de ingredientes te dirá si realmente está cumpliendo una función cosmética (al comienzo de la lista) o como conservante (al final).

El BHA (beta hidroxiácido) es más conocido como Ácido Salicílico (si, se parece a la aspirina pero no lo es), un activo muy usado en personas con tendencia acneica por tener efectos similares a los AHAs pero además regula la producción de sebo y tiene efectos desinflamatorios. 

Observaciones: estos ingredientes debido a su origen a veces puede tener efectos no deseados, sobre todo en personas de piel sensible/intolerante, por lo que recomendamos que le consultes a tu dermatólogo sobre su uso.

La nueva escuela de ácidos son la versión mejorada de los AHA/BHA ya que se modificó la molécula original de éstos, convirtiéndolas en otras mucho más grandes y de funcionamiento lento. Con esto se resolvió parte importante de los problemas de irritaciones y sensibilidades producidas en pieles intolerantes. 

Los PHAs son la versión renovada de los AHAs, por lo que persiguen los mismos objetivos que sus predecesores; la única diferencia es que trabajan solo en la superficie y a un ritmo mucho más respetuoso con los ciclos naturales de la piel.

Gluconolactona 

Ácido Lactobiónico

Ácido Maltobiónico

Son los disponibles en el mercado actualmente. 

Por otro lado, el LHA (lipo hidroxiácido) es la versión mejorada del BHA y su capacidad de calmar y reducir brotes es muy superior. También es más fisiológico en su capacidad seborreguladora, por lo tanto tu piel no sufrirá rebotes grasos en el caso de dejar de usar este activo (que era un problema frecuente con el BHA).

SI HAS INCORPORADO ALGUNOS DE ESTOS AMIGOS, SU USO ES NOCTURNO Y EL PROTECTOR SOLAR EN EL DÍA ES LEY.

Exf. Enzimáticos 

Estas maravillas aún están en desarrollo y perfeccionamiento, pero su mayor característica es que al trabajar a pH específico (si no manejas información respecto a esto, te recomiendo ver el artículo de la semana pasada) podemos lograr resultados muy agradables en la textura, turgencia (excelentes emolientes) y equilibrio oleoso de la piel.

En la cosmética actual te vas a encontrar con dos enzimas que son las más usadas: papaína y proteasas. Ambas trabajan óptimamente en ambientes ácidos, pero pueden llegar a ser muy diferentes.

En general se recomienda el uso de proteasas para pieles sensibles y secas (trabajan más lento y a una escala más pequeña), en tanto que para pieles oleosas y maduras la papaína tiene muy buenos resultados (la grasitud ayuda a compensar la actividad de esta enzima que es más inquieta).

Normalmente las encontrarás en jabones en polvo, y su uso puede variar desde todos los días hasta una vez a la semana (depende de cada producto y cada piel).

El uso de exfoliantes necesita ir acompañado de productos hidratantes y humectantes, como los péptidos, manteca de karité, colágeno, mucina de caracol, ceramidas, escualano, vitamina E, ácido hialurónico, betaglucanos y/o ceramidas; le aportarán agua, aceites y antioxidantes que ayudan a mantener la piel visiblemente renovada por más tiempo (también dependerá de cada caso).

Esperamos que esto te haya enseñado más sobre cómo ayudar a tu piel a sentirse más renovada. Quédate atenta al próximo blog donde seguiremos desarrollando este tema y otro que a ustedes les encanta: manchitas!

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